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[Se debe] pasar de un lector ingenuo y sumiso a un lector disidente y experto, esto es, rico en experiencias de lectura, formado y, por tanto, con criterios suficientes para elegir y decidir itinerarios de lectura más allá de las campañas de marketing o las actitudes “meméticas” que subyacen a los videos virales ... el lector experto es siempre al final un “escrilector”.

Martos Núñez, Eloy y Aitana Martos García. 2018. “Categorizaciones de la lectura y praxis cultural en la era digital: distant reading vs. close reading”. Investigación Bibliotecológica: archivonomía, bibliotecología e información 32 (74): 19-33. http://dx.doi.org/10.22201/iibi.24488321xe.2018.74.57904:30)

 

Exploratoria o de inspección

Mortimer Adler dice que, en la lectura de inspección, especialmente de un libro largo y difícil, se puede acceder a las ideas generales del autor y de la obra por medio del reconocimiento de elementos fácilmente identificables a simple vista. La lectura de inspección es rápida y se realiza en el registro de la fuente y en la propia fuente. Aquí te damos los pasos a seguir antes de realizar tu búsqueda y seleccionar las fuentes de información:

 

  1. Elige el tema: ¿Ya tienes tu tema de investigación?

  2. Enlista los motivos de la elección del tema: Es importante saber por qué elegiste ese tema.

  3. Identifica los conocimientos previos que posees sobre el tema: De seguro ya sabes algo sobre el tema, identifica lo que sabes y anótalo.

  4. Describe datos: Si es posible, recuerda la fuente de donde los adquiriste y anótalos.

  5. Plantea lo que te interesa saber: Anota si tienes una idea de lo que quieres saber.

  6. Realiza una lectura de inspección de las fuentes: te ayudará a tener un panorama sobre los temas y a seleccionar las fuentes que necesitas, y a distinguir las que no requieres. En los Registros bibliográficos de la BidiUNAM puedes hacerlo, verifica si corresponde a tus intereses y selecciona la más pertinente.

  7. Identifica el tipo de fuentes: Si es libro, capítulo de libro, artículo, tesis, mapas, entre otras.

  8. Preselecciona tus fuentes: verifica si corresponde a tus intereses y selecciona la más pertinente.

  9. Selecciona la/s fuente/s: Una vez seleccionada la fuente, realiza una lectura de inspección rápida y asegúrate qué es lo que necesitas del texto.

  10. Identifica los elementos paratextuales de una obra, te pueden dar información de utilidad: Autor, Título, Materia o términos temáticos, Pie de imprenta: Lugar de publicación, Editorial y Año de publicación, Idioma, Género, Resumen, Tabla de contenido e Introducción.

  11. Identifica los géneros académicos: Trata de distinguir si la información que necesitas está escrita en forma de ensayo, reseña, artículo científico, resumen, etc. y trata de anotar algunas de sus características.

 

Literal de conocimiento y re-conocimiento

La tarea de nombrar pertenece a todo lector. Otros que no leen deben nombrar su experiencia lo mejor que pueden, construyendo fuentes verbales, por así decirlo, al imaginar sus propios libros. En nuestras sociedades bibliocentristas, el oficio de leer marca nuestra entrada a las costumbres de la tribu, con sus códigos y exigencias particulares, al permitirnos compartir la fuente común de palabras registradas; pero sería un error pensar que la lectura es una actividad meramente receptiva.

Alberto Manguel, Lectura sobre las lecturas, México, Océano, 2011, p. 18.

 

Cuando comienzas a leer, encontrarás palabras, frases o enunciados que, en su conjunto, ya conocías. Esto es así porque a lo largo de tu experiencia lectora has almacenado un sinfín de elementos sintácticos, semánticos y léxicos que te ayudan a re-conocer lo que lees de nuevo. En esta etapa es importante aceptar que aparecerán muchos nuevos elementos que desconoces, por lo que se te dificultará comprenderlos, pero siempre puedes recurrir a las obras de consulta, que son fuentes de referencias especializados como diccionarios temáticos, enciclopedias, directorios como atlas o almanaques, índices, bibliografías o repertorios bibliográficos. En éstas, encontrarás nuevos nombres y maneras conceptuales que todavía no has aprendido, por lo que te serán de gran utilidad para que tu lectura no sea meramente receptiva, sino verdaderamente experimental.

 

Consulta el tema 6. Selección del repertorio bibliográfico y otras fuentes de consulta en III. Recolección de la información de la categoría Investigación documental en la sección ESCRIBE.

 

Informativa

Al mismo tiempo que realizas una lectura de reconocimiento, estás adquiriendo información importante. No olvides que la información es un conjunto organizado de datos que conforman uno o muchos mensajes, pero que estando aislados no significan nada. Cuando esos datos se procesan sistemáticamente a través de una serie de operaciones y se clasifican, se convierten en información y posteriormente en conocimiento. En tu lectura informativa estás aprendiendo cosas nuevas que no sabías, percibes datos que tu mente está procesando y que posteriormente se estructuran de manera útil para tus conocimientos.

Debes de saber que la conducta de cada individuo en la sociedad en la que vive puede variar de acuerdo con las diferentes informaciones que posee de las cosas y del mundo, por tanto, concientiza que a partir del modo en que dichas cantidades de información interfieran en tu pensar, ésta permeará en tu actuar.

En esta lectura valora si la información que estás adquiriendo tiene para ti:

 

  • Accesibilidad: El hecho de que ya tengas en tus manos lecturas que te dan información, significa que ya las has hecho accesibles a ti, sin embargo, éstas te encaminarán a otras muchas que podrían ser no tan accesibles. Anótalas y mantenlas a la mano para que posteriormente las busques y localices.

  • Consecución: advierte si la información es consecuente con tus propósitos. Las expectativas que puedes tener de tu lectura pueden ayudarte a ver a dónde vas a llegar al final, y qué actitudes y acciones tomarás acorde a esas consecuencias.

  • Importancia: estima en qué grado la información puede modificar tu actitud o la conducta frente a los fenómenos de manera significativa.

  • Significado: evalúa si la información tiene sentido para ti.

  • Pertinencia: piensa si la información se adecua a los propósitos que te has impuesto.

  • Validez: considera si la información es fiable o falsa y que los contenidos estén dotados de calidad. Confirma que tus fuentes sean validadas por pares (participación colectiva) o autoridades en la materia.

  • Vigencia: valora si en el espacio y el tiempo esa información está actualizada, desfasada o acrónica. Tanto el espacio como el tiempo puede implicar alteraciones que pueden alterar los resultados a los que quieres llegar, pero también te pueden ayudar a determinar límites.

 

Selectiva e inferencial

La “lectura extractiva” es aquella en donde el lector debe hallar y develar un secreto en la lectura y debe mostrar resultados de su pesquisa

María Eugenia Dubois, El proceso de la lectura: de la teoría a la práctica

(Buenos Aires, Aique, 2015, p. 10).

 

Kenneth S. Goodman, El proceso de lectura: consideraciones a través de las lenguas y del desarrollo

http://delengualiteraturas.blogspot.com/2010/01/el-proceso-de-lectura-consideraciones.html

 

El proceso de lectura emplea una serie de estrategias. Una estrategia es un amplio esquema para obtener, evaluar y utilizar información. La lectura, como cualquier actividad humana, es conducta inteligente. Las personas no responden simplemente a los estímulos del medio. Encuentran orden y estructura en el mundo de tal manera que pueden aprender a partir de sus experiencias, anticiparlas y comprenderlas. Los lectores desarrollan estrategias para tratar con el texto [para] poder construir significado o comprenderlo. Se usan estrategias en la lectura, pero también las estrategias se desarrollan y se modifican durante la lectura. De hecho, no hay manera de desarrollar estrategias de lectura sino a través de la lectura. Los lectores desarrollan estrategias de muestreo. El texto provee índices redundantes que nos son igualmente útiles. El lector debe seleccionar de estos índices solamente aquellos que son más útiles. Si los lectores utilizaran todos los índices disponibles, el aparato perceptivo estaría sobrecargado con información innecesaria, inútil o irrelevante. Pero el lector puede elegir solamente los índices más productivos a causa de las estrategias basadas en esquemas que el lector desarrolla para las características del texto y el significado.

 

Ya que los textos tienen pautas recurrentes y estructuras, y ya que las personas construyen esquemas en la medida en que tratan de comprender el orden de las cosas que experimentan, los lectores son capaces de anticipar el texto. Pueden utilizar estrategias de predicción para predecir el final de una historia, la lógica de una explicación, la estructura de una oración compleja y el final de una palabra. Los lectores utilizan todo su conocimiento disponible y sus esquemas para predecir lo que vendrá en el texto y cuál será su significado. La velocidad de la lectura silenciosa habitual demuestra que los lectores están prediciendo y muestreando mientras leen. No podrían trabajar con tanta información tan eficientemente si tuvieran que procesar toda la información. Predicen sobre la base de los índices a partir de su muestreo del texto y muestrean [con base en] sus predicciones.

 

La inferencia es un medio poderoso por el cual las personas complementan la información disponible utilizando el conocimiento conceptual y lingüístico y los esquemas que ya poseen. Los lectores utilizan estrategias de inferencia para inferir lo que no está explícito en el texto. Pero también infieren cosas que se harán explícitas más adelante. La inferencia es utilizada para decidir sobre el antecedente de un pronombre, sobre la relación entre caracteres, sobre las preferencias del autor, entre muchas otras cosas. Incluso puede utilizarse la inferencia para decidir lo que el texto debería decir cuando hay un error de imprenta. Las estrategias de inferencia son tan utilizadas que rara vez los lectores recuerdan exactamente si un aspecto dado del texto estaba explícito o implícito.

 

Ya que el muestreo, las predicciones y las inferencias son estrategias básicas de lectura, los lectores están constantemente controlando su propia lectura para asegurarse que tenga sentido. Creo que los lectores controlan activamente el proceso mientras leen. Hay riesgos involucrados en el muestreo, las predicciones y las inferencias. A veces hacemos predicciones prometedoras que luego resultan ser falsas o descubrimos que hemos hecho inferencias sin fundamento. Por eso el lector tiene estrategias para confirmar o rechazar sus predicciones previas. Este proceso de autocontrol a través del uso de estrategias y de confirmación es la manera en que el lector muestra su preocupación por la comprensión. Pero también es utilizado por el lector para poner a prueba y modificar sus estrategias. Los lectores aprenden a leer a través del autocontrol de su propia lectura.

 

El proceso que estoy describiendo es muy eficiente. Los mismos índices utilizados para hacer nuevas predicciones e inferencias son utilizados para confirmar las inferencias y predicciones previas. La lectura efectiva da sentido a los textos escritos. Pero la lectura eficiente utiliza el menor tiempo, esfuerzo y energía que sea posible para ser efectiva. Utiliza solamente la información que se necesita del texto para obtener significado, y no más.

 

Si los lectores tienen éxito y tienen confianza en sí mismos, toman grandes riesgos e incrementan su eficiencia. Si encuentran que el texto es difícil de comprender proceden con más cautela, pero con menos eficiencia. Los lectores deben también tener estrategias de autocorrección para reconsiderar la información que tienen u obtener más información cuando no pueden confirmar sus expectativas. A veces esto implica un repensar y volver con una hipótesis alternativa. Pero a veces requiere una regresión hacia partes anteriores del texto buscando índices útiles adicionales. La autocorrección es también una forma de aprendizaje, ya que es una respuesta a un punto de desequilibrio en el proceso de lectura.

 

Lectura de comprensión

Martos Núñez, Eloy y Aitana Martos García. 2018. “Categorizaciones de la lectura y praxis cultural en la era digital: distant reading vs. close reading”. Investigación Bibliotecológica: archivonomía, bibliotecología e información 32 (74): 19-33.

http://dx.doi.org/10.22201/iibi.24488321xe.2018.74.57904:

  • Cuando abordamos una lectura cualquiera tenemos en primer lugar que comprenderla, esto es, interpretarla conforme una serie de “normas” discursivas, de género, etc. que configuran el “horizonte de expectativas” del lector; otro segundo nivel de lectura es el de la comprensión teórica, que trata de explicar el texto y para ello indaga en qué grado se verifican en él determinados modelos o teorías.
  • Porque interpretar, en este sentido, es comprender de forma participativa, y por eso mismo cabe la empatía, la aceptación o el rechazo, cosa que difícilmente se produce cuando lo que elucidamos es un volumen de datos sobre una serie de textos.
  • Apoyándose en A. Schutz, Mignolo (1983) se destaca una comprensión de primer grado y una comprensión de segundo grado, que se corresponde con lo descrito anteriormente: la primera se realiza bajo la forma de participación y la segunda de observación. Dicho de modo más sencillo, en la primera actuamos como lector es/oyentes.
  • La comprensión teórica explica una serie de regularidades apreciables en los textos en función de unos instrumentos de análisis preestablecidos. Verificar que una estructura se da en un texto (ya sea una estructura retórica, narratológica, ideológica, etc.) es hacerlo predecible, supone describir unas determinadas secuencias o funciones, y un caso la actividad principal es la de participar, en la segunda la de observar, organizando el conocimiento en conceptos que se trasladan para el análisis.
  • La comprensión teórica requiere pues una observación distanciadora del fenómeno, pero la comprensión hermenéutica implica necesariamente participar en él.

 

Adler, Mortimer J. y Charles van Doren (2ª. ed. 2001), Cómo leer un libro. Una guía clásica para mejorar la lectura, versión castellana Flora Casas, Madrid, Editorial Debate

  • La comprensión requiere mucho más que contestar a preguntas sencillas sobre el texto. Esta clase limitada de comprensión en realidad no es sino la capacidad básica para responder a la siguiente pregunta sobre un libro u otro material de lectura: ¿qué dice?
  • No se puede comprender un libro sin leerlo analíticamente [...] la lectura analítica se acomete fundamentalmente para comprender.
  • No se debe intentar entender todas y cada una de las palabras o páginas de un libro complicado desde el principio, constituyendo ésta la regla más importante, la esencia misma de la lectura de inspección. No hay que tener miedo de ser o parecer superficial; conviene recorrer rápidamente incluso el libro más difícil, y al final se estará preparado para leerlo bien la segunda vez.

 

Analítica

Adler, Mortimer J. y Charles van Doren (2ª. ed. 2001), Cómo leer un libro. Una guía clásica para mejorar la lectura, versión castellana Flora Casas, Madrid, Editorial Debate

Para realizar una lectura analítica podemos aplicar las cuatro preguntas fundamentales que Adler y Van Doren plantean ante un libro:

  1. ¿Sobre qué trata el libro en su conjunto? Hay que intentar descubrir el tema principal y cómo lo desarrolla el autor de forma ordenada, subdividiéndolo en sus temas esenciales subordinados.
  2. ¿Qué dice en detalle, y cómo lo dice? Hay que intentar descubrir las ideas, los argumentos y asertos principales que constituyen el mensaje concreto del autor.
  3. ¿Es el libro verdad, total o parcialmente? No se puede responder a esta pregunta sin haber contestado a las dos anteriores. Hay que saber qué dice el libro para decidir si es verdad o no, pero cuando se entiende el texto en cuestión, existe la obligación, si se está realizando una lectura seria, de formarse una opinión propia. Conocer la del autor no es suficiente.
  4. ¿Qué importancia tiene? Si hemos obtenido información del libro, hay que preguntar qué significa. ¿Por qué piensa el autor que es importante saber estas cosas? ¿Es importante saberlas para el lector? Y si el libro no sólo nos ha proporcionado información, sino que nos ha aportado conocimientos, hay que buscar más conocimientos preguntando qué viene a continuación, qué otras consecuencias o sugerencias tiene.

 

Reglas para una lectura analítica según Adler y Van Doren
Reglas para una lectura analítica según Adler y Van Doren.

 

Primera: hay que saber qué clase de libro se está leyendo lo más pronto posible en el proceso de lectura, preferiblemente antes de empezar a leer, es decir, a qué categoría pertenece: novela, ensayo, artículo, etc.

  1. Qué se puede saber a partir del título de un libro.
  2. Libros prácticos y libros teóricos.
  3. Las clases de libros teóricos: históricos, científicos y filosóficos.

Segunda: constatar la unidad del libro en conjunto en una sola frase, o unas cuantas como máximo (un párrafo breve): equivale a decir de qué trata el libro con la mayor brevedad posible.

Tercera: constatar las partes más importantes del libro y mostrar que están organizadas y forman un todo, siguiendo un orden unas respecto a otras y respecto a la unidad del conjunto.

Cuarta: averiguar en qué consisten los problemas que se plantea el autor.

 

Interpretativa

La interpretación, una variante de la traducción, es una especie de puentes que sirven de intermediarios entre un elemento diferente al otro. En la comunicación, la traducción entre distintas lenguas o ideologías de pueblos o culturas ayudan a que unos y otros se entiendan entre sí, facilitando la comunicación en todos los niveles. Por ello, la interpretación, en el sentido laxo de la palabra, es una especie de traducción y, por lo mismo, es una actividad de especialistas que logran transmitir de manera fidedigna la información entre el orador y el auditorio; entre una obra y su lector, etc.

La codificación y descodificación son dos ingredientes fundamentales de la interpretación, los cuales ayudan a explicar el sentido de un texto o una oración o frase o conjuntos de ellos, hasta llegar a todo un discurso u obra escrita.

Con esto, te darás cuenta de que una lectura interpretativa es aquella que te ayuda a entender acciones, textos o fenómenos de diferentes modos. Este tipo de lectura debe extraer de los discursos o textos los sentidos y significados explícitos e intrínsecos, y deberá ayudarte a reformularlos o replantearlos, así como a revestirlos de otras perspectivas.

La lectura interpretativa puede tener dos pasos básicos:

1º. Lectura interpretativa simultánea: Consiste en leer un texto y reformular los sentidos o significados instantáneamente. En el momento en que lees, estás percibiendo el sentido literal de las palabras, las frases y las oraciones, pero al mismo tiempo tu cerebro está produciendo en la memoria inmediata asociaciones cognitivas a cada palabra distintas a las asociadas directamente. Es allí cuando ya estás interpretando y extrayendo todo el significado del discurso, por medio de un esfuerzo de comprensión y de análisis

2º. Lectura interpretativa consecutiva: Al momento de leer puede ser que tu cerebro no haga asociaciones en tu biblioteca mental, pero sí posteriormente, al traer recuerdos de lecturas pasadas. Tomas notas que en ese momento te parecen importantes, pero que todavía no analizas ni asocias con algo, para que posteriormente hagas una revaloración, resignifiques lo leído y reordenes conceptos.

 

Lectura de interpretación
Lectura de interpretación.

 

Comparativa

Una vez que tienes en tus manos varias lecturas, procederás a realizar una lectura comparativa. Ésta se refiere a fijar tu atención en dos o más cosas, realidades, objetos o elementos que cada una de esas lecturas contengan y que coincidan en sus significados para reconocer sus diferencias y semejanzas, y para descubrir sus relaciones. Comparar, por lo tanto, es cotejar entre unas y otras posturas, ideologías, conceptos, etc.

Ten cuidado, porque las comparaciones suelen ser poco precisas si se incluyen rasgos subjetivos, un número de variables elevado o muy escaso o no estás tomando en cuenta circunstancias contextuales.

Una comparación efectiva puede darse cuando la evaluación depende de la experiencia. Pero si todavía no la tienes, te puedes basar en las opiniones de distintas personas especialistas en el tema, pues te ayudarán a tener más de una percepción única. En este tipo de lectura te puedes auxiliar de tablas comparativas para contrastar puntos, percepciones u opiniones; o bien, hacer un esquema mental de la estructura de la lectura a fin de detectar qué funciones cumple cada elemento que interviene en ella.

Puedes tomar en cuenta estos tres aspectos

  • Lectura comparativa positiva: te ayudará a encontrar los elementos benéficos, eficaces, provechosos, verdaderos, auténticos, reales, afirmativos, concretos, válidos, etc. de tu lectura. Y, en contraste, distinguir los negativos.

  • Lectura comparativa neutra: aquí no se trata de cualificar a ninguna de las lecturas, simplemente tienes que leer sin descubrir cualidades como positividad o negatividad, sino netamente las características neutras del tema.

  • Lectura comparativa superlativa: tratarás de identificar las cualidades que engrandecen o, al contrario, que empequeñecen o empobrecen el tema.

 

Crítica

En la lectura crítica prácticamente se reúnen todas las lecturas anteriores, pero específicamente las que influyen más son las de comprensión, interpretativa, analítica y la comparativa. Aquí intervendrán todos tus sentidos y capacidades intelectuales y mentales, porque comenzarás a activar en tu mente el sistema que te ayudará a relacionar un sinfín de elementos previamente analizados, contextualizados, descritos, comparados y abordados desde diferentes perspectivas. Ahora te toca hacer muchas relaciones y tejidos entre las partes, las compararás, las estudiarás muy cuidadosamente, tratando de no dejar cabos sueltos. Si es necesario, sigue investigando para completar o rellenar los huecos que han quedado.

Leer críticamente es poner en el tablero todas las piezas y comenzarlas a mover, de tal suerte que el fruto de todo ello sea una buena lectura crítica, sin prejuicios, sin desvalorizaciones, y sin dejar de lado aspectos relevantes.

Auxíliate de estos pasos:

 

Pasos para una lectura crítica
Pasos para una lectura crítica.

 

En otras palabras, la lectura crítica es una hiperlectura, en donde ya no sólo debemos leer con dos ojos, sino con muchos ojos que observen detenidamente cada elemento, y plantear muchas interrogantes que nos ayudarán a no ser parciales y, antes bien, a relativizar cada elemento acorde a puntos de vista distintos.

 

María José Bezanilla Albisuaa, y otros (2018) El Pensamiento Crítico desde la Perspectiva de los Docentes Universitarios, en Estudios Pedagógicos, XLIV, N° 1: 89-113.

Hay distintas formas de pensamiento: analítico, sistémico, reflexivo, lógico, creativo, analógico, divergente, lateral, convergente, interrogativo, deliberativo, discursivo, colegiado, práctico, deductivo, inductivo, crítico (Villa y Poblete 2007). Todas estas formas de pensar tienen en común que son pensamiento y, a veces, es complicado y difícil distinguirlas. Cada una de ellas tiene algunas características propias, distintivas e incluso procesos y productos diferentes. Quien comprende cuáles son las mejores maneras de pensar y por qué son mejores puede, si lo desea, modificar su propia manera de pensar para mejorar su eficacia, es decir, para realizar mejor el trabajo (Dewey 1989), así como tener un rol más comprometido en la sociedad y vivir de forma más plena. El pensamiento crítico es una de las formas más mencionadas y presentes en la literatura. Los juicios a los que se llega mediante el pensamiento crítico se basan en criterios que pueden ser primordiales tales como la libertad, la autonomía, la soberanía y la verdad entre otros. El pensamiento crítico implica estar sensibilizados, así como contrastar una realidad social, política, ética y personal. En cierto modo, es un compromiso con el “otro”, con la sociedad, al tomar una postura de acción transformadora de la persona y de la sociedad (Lipman 1987). De forma holística, es uno de los elementos claves en la consecución de una sociedad sostenible (Wals & Jickling 2002). La clave no está en tener la razón, sino en tener en cuenta todas las posibilidades y confiar en la razón más que en la emoción, para no permitir que nuestros prejuicios sesguen nuestras decisiones (Kurland 2005). Especialmente en nuestra sociedad en la que los medios sociales parecen dictar nuestra forma de pensar y actuar. El pensamiento crítico es esencial para la innovación, la mejora, la creatividad y el compromiso. De aquí la importancia de desarrollarlo en la escuela y en la universidad.

El pensamiento crítico no es algo nuevo, sino que ya se considera fundamental en la filosofía antigua. Es el pensamiento de los interrogantes: ¿por qué las cosas son así?, ¿por qué las cosas no pueden ser de otro modo?, ¿por qué alguien puede querer que las cosas sean así? Es la estructura básica del método mayéutica de Sócrates. Se presenta al principio de los sistemas filosóficos que va construyendo la humanidad para interpretar lo que va más allá de lo visible (metafísica). Según Sócrates, por una parte, no se trata tanto de aprender por aprender y acumular saberes, sino de poner críticamente en tela de juicio lo que se sabe e ir construyendo la verdad (Sócrates 430-399, a.C.). Por otra parte, plantea que se ha de hacer uso del pensamiento crítico desde el punto de vista del autoconocimiento personal, al tener a la vez un valor social, puesto que su interlocutor es el otro (Paul & Elder 2007).

 

Lúdica

El adjetivo lúdico designa todo aquello relativo al juego, el placer, la recreación, el entretenimiento o la diversión. El término deriva del latín ludus que significa “juego”. La recreación se relaciona a las actividades de distracción, pero implica por parte del ser humano de una participación activa, tanto a nivel físico como mental. En este sentido, la recreación se opone al ocio, que es una forma pasiva relacionada más a la relajación del cuerpo y la mente.

Por ende, la lectura lúdica es toda aquella que te proporciona un sentido de diversión, recreación y entretenimiento, y que se desarrolla en tiempos de ocio o que la puedes realizar en tu tiempo libre, y tiene el objetivo de liberar tensiones, salir de la rutina diaria, obtener placer por leer. Es una especie de lectura por el mero placer de leer, obteniendo beneficios como la estimulación de la concentración, la agilidad mental, el equilibrio mental y emocional, y, en general, el bienestar.

La práctica de una lectura lúdica es indispensable para el ser humano, no tanto porque beneficia su crecimiento personal, sino porque es una actividad de ocio saludable, enriquecedor, estimulante y provechoso. La lectura lúdica implica funciones y tareas formativas y educativas que redundan en utilidades presentes y provechos a futuro, tales como aumento de la autoestima, el rendimiento y desarrollo de la creatividad, el pensamiento, las posibilidades sensoriales y motoras, la convivencia social, la estimulación de la socialización y el aumento del bagaje cultural.

 

Re-creativa

“El lector llena los huecos de un texto”

Umberto Eco que: Lector in fabula, Barcelona, Lumen, 1981

 

La lectura recreativa no es lo mismo que la lectura re-creativa. Las actividades recreativas son todas aquellas destinadas al aprovechamiento del tiempo libre o de ocio para el esparcimiento físico y mental, por tanto, la lectura recreativa equivale a lo que es una lectura lúdica. Sin embargo, una lectura re-creativa es, como su nombre lo indica, el volver a crear algo, es decir, revivir o reproducir un acontecimiento o una experiencia vivida durante el acto de lectura.

En la lectura de re-creación es fundamental la experiencia vivida a partir de una lectura y las emociones que de ella derivan, tanto para la salud física como para la mental. Por esta razón, el individuo desea leer y releer aquellas obras que le otorgaron beneplácito en un grado superlativo, así como la posibilidad de despejar la mente, el disfrute real de la historia y los personajes y volver a sentir aquellas emociones que sintió cuando hizo su lectura por primera vez. En este sentido, la lectura de re-creación sirve para volver a experimentar esos momentos gratos y sentimientos de bienestar y satisfacción, obteniendo un placer estético y ampliando una experiencia espiritual. Por sus aportes estéticos y espirituales, la lectura re-creativa es un impulso hacia la libertad interior y la intensificación de la conciencia.

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