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Una persona que tiene la facultad de poseer en sus manos información inédita (que no es del conocimiento público) y de acceder a ella durante el ejercicio de su profesión, debe guardar la debida confidencialidad y resguardarla con celo. A esto se le llama “secreto profesional”.

El artículo 6º. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dice que:

La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley. El derecho a la información será garantizado por el Estado.

 

El secreto profesional supone no revelar a terceros la información que todavía no es publicada ni del conocimiento público, y que, en el caso de ser revelada, puede provocar daño tanto al poseedor de la información como a terceros.

 

“Antes de hablar del secreto profesional, convendrá decir cómo se guarda un secreto. No hay más que una manera de guardarlo: no diciéndoselo a nadie.  […] En el mundo, el hombre más reservado y más discreto no confía los secretos a nadie, absolutamente a nadie... más que a una sola persona, pariente o amiga de absoluta confianza que tampoco comunica lo que sabe a nadie... más que a otra persona de idénticas virtudes. La cual, a su vez, cuidará muy bien de no divulgar lo sabido y solamente lo participará a otra persona que jurará callarse como un muerto”.

Ángel Ossorio (sin año). “El secreto profesional”. En: El alma de la toga. Biblioteca Jurídica Praxis, pp. 43-44.

 

Por tanto, en el caso de la vida académica, existe veladamente un contrato de confidencialidad entre el profesor, asesor o tutor y el alumno y/o tutorando, así como entre un editor y el autor de una obra inédita. La relación profesional entre ambas partes exige una obligación de reserva de la información que todavía no es pública, por tanto, el compromiso es mantenerla en privado (sin que sea libremente conocida por terceros) para evitar plagios, copias o mal uso de ella antes de ser revelada.

 

El juramento hipocrático

Según con la tradición que se remonta al médico griego Hipócrates, el Corpus Hipocraticum, Galeno y los pitagóricos, Hipócrates creó un texto que con el paso del tiempo se fue convirtiendo en un juramento en la práctica de la medicina a lo largo y ancho de los continentes y de la historia. Posteriormente, se fue extendiendo a otras profesiones haciendo alusión al comportamiento ético de un profesionista dirigido a su carrera, su labor, y su compromiso con su familia, colegas y discípulos.

En una parte del discurso se hace referencia al “secreto profesional”:

Todo lo que vea y oiga en el ejercicio de mi profesión, y todo lo que supiere acerca de la vida de alguien, si es cosa que no debe ser divulgada, lo callaré y lo guardaré con secreto inviolable.

Si el juramento cumpliere íntegro, viva yo feliz y recoja los frutos de mi arte y sea honrado por todos los hombres y por la más remota posterioridad. Pero si soy transgresor y perjuro, avéngame lo contrario.

 

Algunos tips para guardar el secreto profesional

 

Si eres profesor, tutor o editor de un producto escolar:

  • Lee, interpreta y entiende la información que el alumno y/o tutorando te está otorgando, ésta es muy valiosa para él, pues está basada en su propia investigación, interpretación y asimilación de los hechos y de otros textos.
  • Ten presente que el producto textual de un alumno o tutorando es tan valioso como el de un profesionista titulado, pues, aunque es un escritor en ciernes, sus ideas, interpretaciones y palabras son suyas y de nadie más.
  • Respeta las ideas originales de tus alumnos y/o tutorandos.
  • Respeta y promueve el derecho de la propiedad intelectual: toda creación derivada de la mente y del intelecto de tus alumnos o tutorandos es de su propiedad, no tuya.
  • Ten en cuenta que, cuando la colaboración entre profesor y alumno es muy estrecha y el compartimiento de conocimientos es muy elevado, la obra puede perder su total originalidad.
  • Considera que el esfuerzo derivado de la creatividad y la inventiva de tus alumnos y/o tutorandos implicó tiempo, dinero, energía y reflexión, y que todo ello merece una retribución justa de tu parte.
  • Mantén el secreto profesional en un muy alto nivel.
  • Toma en cuenta que, si divulgas la obra de tu alumno y/o tutorando, ya sea de manera oral, escrita o digital, o de cualquiera otra, no sólo estás poniendo en riesgo tu prestigio profesional y académico, sino el de la institución a la que sirves, así como pones en peligro de plagio la obra que él te confió.

 

Si eres alumno, tutorando o autor de un producto escolar:

  • Como autor de un trabajo escolar original, tienes el derecho a ser reconocido como tal y a defender su originalidad impidiendo que éste sea alterado, copiado o plagiado.
  • Ten en cuenta que, cuando la colaboración entre profesor y alumno es muy estrecha y el compartimiento de conocimientos es muy elevado, la obra puede perder su total originalidad.
  • Es importante que sepas que el Derecho de autor se origina en el momento en el que creas una obra, es decir, no es necesario que la registres o realices trámites para obtener su protección.
  • Entabla una relación profesional con tu profesor, tutor o editor en la que se acuerde mantener en alta confidencialidad tu producto escolar, tal como tesis, artículo, libro, compilación, etc.
  • Ten presente que tu trabajo escolar, antes de ser publicado, puede ser objeto de plagio, copia o robo intelectual.
  • Al elegir a tu profesor o tutor como director de tu trabajo escolar, toma en cuenta que él puede compartir contigo conocimientos propios derivados de sus propias investigaciones. En el caso de que éstas sean inéditas, deberás de guardar el secreto profesional, respetando y citando debidamente su autoría.
  • Si tu investigación o trabajo escolar es una invención técnica, tecnológica, mecánica, marca registrada, diseños, fórmulas, productos, etc., recuerda que la puedes patentar (Registro de patentes. Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI)).
  • Si tu investigación o trabajo escolar es una obra literaria, artística (música, pintura, escultura, película), informática (bases de datos, programas), científica, mediática (audiovisual, radiofónica, etc.), recuerda que el Derecho de autor reconoce tu esfuerzo creativo y su valor económico, cultural o histórico.
  • Ten en cuenta que el Derecho de autor puede impedir que terceros copien, plagien o utilicen tu obra sin tu consentimiento, por ejemplo, traduciéndola, reproduciéndola, ejecutándola o difundiéndola (OMPI, ¿Qué es la propiedad intelectual?)
  • Recuerda que hay sanciones civiles y penales para aquellos que quieran infringir tus derechos como autor de una obra.
  • Ten presente que existe la figura de “Transferencia y transacción del derecho de autor”, en el que, si estás de acuerdo, puedes transferir tu derecho bajo “licencia” o “cesión” a un tercero que se convertirá en el nuevo titular de la obra en cuestión.

 

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