Desde los tiempos antiguos grecolatinos, el discurso ha sido motivo de análisis y estudios en muy variadas disciplinas. La palabra discurso proviene del latín discursus, que proviene del verbo discurro, que significa “correr de una parte a otra”. Esta idea nos habla de la palabra que va y viene de una persona a otra y que, posteriormente, se convirtió en el acto de locución en público.

Hoy en día, el discurso se refiere a cualquier forma de hablar frente a una audiencia. El Diccionario de la Real Academia Española lo define como el “acto de la facultad discursiva”, pero también como una "serie de palabras y frases empleadas para manifestar lo que se piensa o se siente", un "razonamiento o exposición de cierta amplitud sobre algún tema, que se lee o pronuncia en público”, e incluso como una “doctrina, ideología, tesis o punto de vista”.

El discurso en el acto de habla o de escritura tiene un fin dentro de un contexto lingüístico, cognitivo y socio-cultural.