Mortimer J. Adler y Charles van Doren, en el libro Cómo leer un libro. Una guía clásica para mejorar la lectura (2ª. ed. 2001, versión castellana Flora Casas, Madrid, Editorial Debate.
Kenneth S. Goodman, El proceso de lectura: consideraciones a través de las lenguas y del desarrollo
http://delengualiteraturas.blogspot.com/2010/01/el-proceso-de-lectura-consideraciones.html
La lectura es una conducta inteligente y el cerebro es el centro de la actividad intelectual humana y del procesamiento de información. El cerebro controla al ojo y lo dirige para que busque aquello que espera encontrar. De tal modo, incluso en el ciclo óptico, el lector controla activamente el proceso. Sabemos cuál es la información más útil que buscar, dónde encontrarla y cuál información ignorar. El ojo humano es un instrumento óptico. Tiene un lente con una distancia focal que solamente puede recoger información clara de una parte pequeña del texto. Pero el ojo también tiene un campo periférico menos claro y el cerebro puede hacer uso de lo que ha sido visto borrosamente si tiene expectativas que lo guíen.
Nuestra capacidad para predecir pautas de lenguaje es tan fuerte que lo que creemos que vemos es en su mayor parte lo que esperamos ver. En la medida en que lo que vemos es suficientemente consistente con nuestras predicciones y en la medida en que tenga sentido, estamos satisfechos. Una vez que hemos obtenido sentido del texto tenemos la ilusión de que hemos visto todos los detalles gráficos del texto. Esto hace que el ciclo perceptual sea muy eficiente. Podemos hacerlo muy bien con muy pocos índices, si estamos tratando con textos significativos y predecibles. La lectura veloz está asociada con alta comprensión no solamente porque los buenos lectores pueden procesar el input perceptivo más rápido, sino también porque son eficientes en utilizar la menor cantidad necesaria de índices visuales. No se distraen prestando atención a información irrelevante del texto; utilizan índices perceptivos mínimos para activar sus esquemas.
El ciclo sintáctico requiere fuertemente el uso de estrategias de predicción y de inferencia. Los lectores deben ser capaces de utilizar elementos claves de las pautas de oración, nexos y sufijos gramaticales y puntuación para predecir pautas sintácticas cuando comienzan a procesarlas. De otro modo, no pueden dar su valor correcto a cada elemento sintáctico y saber dónde buscar la información más útil. De la misma manera que uno necesita saber dónde quiere ir cuando comienza un viaje, también debe conocer la pauta cuando comienza a leer una oración.
La cláusula es la unidad de lenguaje más importante porque el significado está organizado y presentado a través de cláusulas y de sus interrelaciones. Los lectores deben ser capaces de predecir las pautas de las cláusulas y sus interrelaciones (independientes, coordinadas o subordinadas) para clasificar las cláusulas y obtener el significado.
La búsqueda de significado es la característica más importante del proceso de lectura, y es en el ciclo semántico que todo toma su valor. El significado es construido mientras leemos, pero también es reconstruido ya que debemos acomodar continuamente nueva información y adaptar nuestro sentido de significado en formación. A lo largo de la lectura de un texto, e incluso luego, el lector está continuamente reevaluando el significado y reconstruyéndolo en la medida en que obtiene nuevas percepciones. La lectura es, pues, un proceso dinámico muy activo. Los lectores utilizan todos sus esquemas conceptuales cuando tratan de comprender.