Quienes pueden leer textos, no los leen de la misma manera y, en cada época, pues existen contrastes entre unas normas y unas convenciones de lectura que cada comunidad de lectores define:

 

 

Existen tres reglas básicas para que tu lectura sea eficiente, natural y se activen todas tus potencias mentales, sin distracciones. En primer lugar, debes ser capaz de captar lo que el texto ofrece como conocimiento, es decir, debes comprender el libro, entender que el texto es un todo, que tiene una unidad y que se compone de diversas partes que forman una estructura. En segundo lugar, debes juzgar si ese conocimiento te resulta aceptable, es decir haces una crítica en función de sus elementos.

Para ello debes seguir estos tres tipos de lectura:

 

 

La primera lectura estructural o analítica te sirve para que entiendas lo que dice el autor, sus posturas, sus puntos de vista, sus argumentos y la lógica de su discurso con ideas alrededor de un asunto. Esto te ayudará a tener una visión global de todo el texto haciendo deducciones. Esta lectura va de lo general a lo particular. Si las premisas del razonamiento deductivo son verdaderas, la conclusión también lo será.

A esta lectura le corresponde el llamado “razonamiento deductivo”, que es un “proceso del pensamiento que parte de afirmaciones generales o hechos conocidos para llegar a afirmaciones específicas y extraer conclusiones, aplicando las reglas de la lógica, en donde se plantean enunciados que reciben el nombre de silogismos. Mira este esquema:

 

 

La segunda lectura interpretativa o sintética te llevará en sentido contrario que la primera, es decir, de lo particular a lo general. En esta fase, debes saber identificar qué clase de texto estás leyendo, esto es, el género en el que el autor depositó sus ideas y cómo está estructurado todo el conjunto (capítulos, incisos, párrafos). Esto te ayudará a tener una visión particular de todo el texto y cuáles son los problemas principales que el autor está tratando de solucionar en cada una de sus partes.

A esta lectura corresponde el razonamiento inductivo, que consiste en reunir datos particulares y hacer generalizaciones a partir de ellos, para lo cual se tiene que recurrir a los hechos mismos y no basarse en teorías dichas por la “autoridad o el experto” o en la mera especulación. Las observaciones directas a cada cosa particular te llevarán a hacer inferencias sobre el todo. Si el investigador desea estar absolutamente seguro de una conclusión inductiva, tiene que observar todos los ejemplos. Sin embargo, como sólo es posible realizar “inducciones perfectas” en grupos reducidos, se tienen que hacer “inducciones imperfectas”, es decir, se observa la muestra de un grupo y se infiere de ella lo que es típico del grupo entero.

 

 

La tercera lectura crítica o evaluativa sólo debe desarrollarse cuando ya dominaste las dos primeras, porque si comienzas a evaluar el texto sin comprenderlo antes, caerás en el error de emitir prejuicios o juicios erróneos. A esta lectura corresponde el razonamiento científico, en donde, para conocer la naturaleza de los fenómenos, se ponen en práctica la experiencia, el razonamiento y la investigación.

 

 

Para saber más

Rigoberto Lasso Tiscareno, La importancia de leer: Gladys Dávila, 2006, "El razonamiento inductivo y deductivo dentro del proceso investigativo en ciencias experimentales y sociales. Revista Laurus, Vol. 12, Núm. Ext, pp. 180-205.
En: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=761/76109911