Escudo UNAM Logotipo Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información, DGBSDI - UNAM   Logotipo LIEC - Lee, Investiga, Escribe y Comunica

Mortimer J. Adler y Charles van Doren, en el libro Cómo leer un libro. Una guía clásica para mejorar la lectura (2ª. ed. 2001, versión castellana Flora Casas, Madrid, Editorial Debate)

 

Existen cuatro niveles de lectura: primaria, de inspección, analítica y paralela:

 

  1. Lectura primaria (¿qué dice la frase?): “Denominaremos al primer nivel lectura primaria, aunque podríamos darle otros nombres, como lectura rudimentaria, básica o inicial. Cualquiera de estos términos nos sirve para indicar que cuando se domina este nivel se pasa del analfabetismo al menos a los comienzos de la alfabetización, y que se aprenden los rudimentos del arte de leer, se recibe la instrucción básica para la lectura y se adquieren las destrezas básicas de la misma; pero preferimos denominarla lectura primaria porque este nivel generalmente se aprende en el transcurso de la enseñanza primaria.

  2. Lectura de inspección (¿de qué trata el libro?, ¿cuál es la estructura del libro?, ¿de qué partes consta?, ¿qué clase de libro es?): segundo nivel de lectura, que se caracteriza por la importancia que se concede al tiempo. En este nivel, al estudiante se le da un tiempo determinado para realizar la lectura de un texto, el objetivo de este nivel de lectura consiste en extraer el máximo de un libro en un tiempo dado, por lo general relativamente limitado, y siempre (por definición) demasiado limitado como para extraer de él todo lo que sería posible en otras circunstancias. También podríamos aplicar otro término a este nivel: lectura extensiva o prelectura, pero no refiriéndonos a la lectura descuidada que caracteriza el simple hojear un libro. La lectura de inspección es el arte de examinar de forma sistemática. En este nivel de lectura, el objetivo consiste en examinar la superficie del libro, en aprender todo cuanto puede enseñarnos lo más superficial del texto. Mientras que la cuestión que se plantea en el primer nivel de lectura sería ¿qué dice la frase?, en el segundo consistiría en ¿de qué trata el libro?, una pregunta de carácter superficial a la que podrían añadirse otras semejantes, como ¿cuál es la estructura del libro? o ¿de qué partes consta? Al terminar de leer un libro a este nivel, independientemente del tiempo de que se disponga para ello, hay que ser capaz de responder a la siguiente pregunta: ¿qué clase de libro es? ¿Una novela, un libro histórico, un tratado científico? [...] Existen dos clases de lectura de inspección, que, aunque constituyen aspectos distintos de una misma destreza, el lector principiante debe considerar como dos pasos o actividades diferentes.

    • La lectura de inspección 1: lectura extensiva o prelectura: consiste en descubrir si el libro requiere una lectura más detenida. En segundo lugar, una prelectura nos revelará muchas cosas sobre el libro, incluso si decidimos no volver a leerlo con más detenimiento. ayuda a separar la paja del auténtico grano gracias al cual quizá se descubra que, al finalizarlo, es lo único que realmente merece la pena del libro por el momento, pero al menos se conocerán los argumentos principales del autor, y también de qué clase de libro se trata, de modo que el tiempo empleado en esta lectura no se habrá desperdiciado. Algunas sugerencias son:
      1. Mirar la página del título y, si el libro lo tiene, el prólogo: Leer ambas cosas rápidamente, fijándose sobre todo en los subtítulos u otras indicaciones del objetivo o alcance del libro o del punto de vista del autor sobre el tema. Antes de finalizar este paso, el lector debería haberse hecho una idea del tema.

      2. Estudiar el índice de materias: un índice de materias puede resultar útil y valioso y debería leerse cuidadosamente antes de continuar con el resto del libro.

      3. Consultar el índice, sopesar rápidamente el alcance de los temas y la clase de obras y autores citados. Cuando se vean términos que parezcan cruciales, se deben consultar al menos algunos de los párrafos citados. [...] Es posible que los párrafos que se lean contengan lo esencial, el punto en torno al cual gira el libro o el nuevo enfoque que constituye la clave de la actitud del autor. Como en el caso del índice de materias, al llegar aquí el lector puede consultar el otro y verá que existen varios términos cruciales que ya hemos expuesto. Por ejemplo, ¿podría identificar, por el número de referencias, otros que también parezcan importantes?

      4. Leer la propaganda publicitaria de la editorial en la sobrecubierta: los autores traten de resumir con la mayor exactitud posible los puntos principales de su obra.
      5. Consultar los capítulos que parecen fundamentales para su argumentación: Si contienen resúmenes en las páginas iniciales o finales, [...], habrá que leerlos detenidamente.

      6. Pasar las páginas, deteniéndonos aquí y allá, leyendo uno o dos párrafos, a veces varias páginas seguidas, pero no más. Conviene hojear el libro de esta forma, en busca de las claves del argumento fundamental. Hay que leer las dos o tres páginas del final, o, si éstas se encuentran en el epílogo, las últimas páginas de la sección principal. Pocos autores resisten la tentación de resumir en ellas lo que consideran nuevo e importante en su obra.



    • La lectura de inspección II: lectura superficial: al enfrentarse por primera vez a un libro difícil, se lo debe leer por entero sin detenerse a buscar de inmediato los aspectos que no se entienden, o a reflexionar sobre ellos. Lo que hay que hacer es prestar atención a lo que se entiende y no detenerse por lo que no se comprende de inmediato. Si se continúa leyendo más allá de lo que nos plantea dificultades, al poco tiempo toparemos con aspectos que sí comprenderemos y en los que debemos concentrarnos. Hay que leer el libro hasta el final, sin dejarse desanimar por los párrafos, notas a pie de página, comentarios y citas que escapen a nuestra comprensión, pues de lo contrario no se obtendrá ningún resultado. En la mayoría de los casos no será posible resolver las dificultades con el simple empeño, sino que resultará mucho más fácil entenderlas en una segunda lectura, pero esto requiere haber leído el libro de principio a fin al menos una vez.



  3. Lectura analítica (destinada fundamentalmente a la comprensión): denominaremos al tercer nivel lectura analítica, una actividad más compleja y sistemática que los dos niveles [anteriores] y que requiere mayor o menor esfuerzo por parte del lector según la dificultad del texto. La lectura analítica es una lectura cuidadosa, completa, buena, en realidad la mejor posible. Si la de inspección constituye la lectura mejor y más completa posible en un tiempo limitado, la analítica es la mejor y más completa posible en un tiempo no limitado. En este caso, el lector debe plantear numerosas preguntas, y bien organizadas, al texto que está leyendo [...] a lectura analítica es siempre intensamente activa. En este nivel, el lector comprende un libro y trabaja en él hasta hacerlo suyo [...] la lectura analítica raramente resulta necesaria si el objetivo que se persigue consiste simplemente en obtener información o entretenerse. La lectura analítica está destinada fundamentalmente a la comprensión. Por el contrario, elevar la mente con la ayuda de un libro desde una situación de menor comprensión a otra de mayor comprensión es casi imposible a menos que se posea cierta destreza en la lectura analítica.

  4. Lectura paralela, la más compleja y sistemática. Requiere gran esfuerzo por parte del lector, incluso si el material es relativamente fácil y no plantea demasiadas complicaciones. También podríamos llamarlo lectura comparativa, porque el lector se ocupa de muchos libros a la vez, no de uno solo, los relaciona entre sí y con un tema común a todos ellos. Pero no basta con la simple comparación de textos, y la lectura paralela requiere algo más. Con la ayuda de los textos leídos, quien lleve a cabo este tipo de lectura será capaz de realizar un análisis del tema que quizá no se encuentre en ninguno de los libros en cuestión. Por consiguiente, salta a la vista que la lectura analítica es la más activa y la que requiere mayores esfuerzos.  [...] no es un arte fácil y que las normas que la rigen no son demasiado conocidas. Sin embargo, seguramente se trata de una de las actividades lectoras más provechosas y que merece la pena tomarse la molestia de aprender a desarrollar.

 

Volver