“El libro no desaparecerá con la llegada del libro digital, como tampoco desapareció la pintura con la invención de la fotografía ni el teatro con la invención del cine. Antes bien, ambos seguirán conviviendo para bien de la cultura y los lectores”.
Mariano Nava Contreras, Reflexiones sobre la obra Nadie acabará con los libros (Gresset & Fasquelle, Paris, 2010), conversaciones sostenidas entre Umberto Eco y Jean-Claude Carrière (https://prodavinci.com/nadie-acabara-con-los-libros/)
Umberto Eco y Jean-Claude Carrière, Nadie acabará con los libros, México, Lumen, 2010, p. 20. Citado en David García Pérez, “El canon literario y las estelas de la lectura”, en Jaime Ríos Ortega y César Augusto Ramírez Velázquez (Coords.) (2013). La bibliotecología y la documentación en el contexto de la internacionalización y el acceso abierto. México, UNAM/Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información, Col. Sistemas bibliotecarios de información y sociedad, pp. 219-242.
Del papiro al libro digital hay un abismo sólo en cuanto a la materialidad del escrito y de su lectura, pues es claro que el modo de creación y de recepción presenta diferencias a partir del medio, del instrumento que hay entre escritor y lector. A la pregunta sobre la desaparición del libro según se conoce en la Galaxia Gutenberg, el semiólogo italiano Umberto Eco respondió que
Con internet hemos vuelto a la era alfabética. Si alguna vez pensamos que habíamos entrado en la civilización de las imágenes, pues bien, el ordenador nos ha vuelto a introducir en la Galaxia Gutenberg y todos se ven de nuevo obligados a leer. Para leer es necesario un soporte. Este soporte no puede ser únicamente el ordenador. ¡Pasémonos dos horas leyendo una novela en el ordenador y nuestros ojos se convertirán en dos pelotas de tenis.
Si bien la materialidad del texto es importante, la escritura y su concreción en la lectura lo son aun más. Sin estos dos procesos, el libro simplemente no tendría razón de ser.
Se ha dicho y discutido en sinfín de ocasiones que la lectura en general da lugar a una activación de las facultades y capacidades de concentración, entendimiento, análisis y reflexión, en cambio la ‘lectura digital’ actualmente tiende a la inestabilidad, la desconcentración, la alteración, la discontinuidad, la pasividad, la confusión y la automatización de la persona.
El texto digital no es más que información articulada lingüísticamente, pero codificada matemática e informáticamente, y su lectura es legible para el ojo humano, pero también se mezcla con oralidad y lenguajes gráficos (esquemas, dibujos, líneas, coordenadas, etc.) cuando implica la unión de textos, imágenes, audios, videos, herramientas de navegación digital, etc. con objetivos de creación, comunicación o interacción.
José Antonio Cordón García, “La lectura académica en el entorno impreso y digital: contextos, disrupciones y canon”, en Elsa M. Ramírez Leyva (Coord.), De la lectura académica a la lectura estética, Ciudad de México, UNAM, Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información, 2019, pp. 25.
El texto digital introduce elementos de apertura/ruptura con la linealidad del texto impreso, lo que abre la posibilidad de integrar los dos niveles discursivos gracias a la introducción de hipervínculos en el propio discurso. En los textos digitales se alternan igualmente varios niveles de legibilidad y lecturabilidad, mediante combinaciones ortotipográficas, hipervínculos y notas que configuran un escenario de posibilidades condicionado por la naturaleza de cada uno de ellos.
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¿Favorece o perjudica este cambio al proceso de lectura? Son varios los estudios e interpretaciones que advierten contra la ruptura de la linealidad y la hermenéutica tradicional del texto impreso, por los perjuicios que puede ocasionar para los procesos memorísticos e intelectivos […], sin embargo, de lo que no cabe ninguna duda es que, en términos de eficacia, la sincronicidad textual permite ubicar contextualmente los argumentos y menciones al simplificar las rutinas de búsqueda, por una parte, pero también de interpretación. El problema es que lo digital muchas veces es una mera transposición de lo impreso, de tal manera que la mayoría de los textos electrónicos carecen de estas posibilidades, además de muchas otras que serían exigibles a un entorno digital.
[…]
el entorno digital implica la existencia de un conjunto de funcionalidades incardinadas directamente a resolver los problemas que el soporte entrañaba en su referente impreso, pero su aprovechamiento exige, por su parte, la existencia de un conjunto de competencias ineludibles que garanticen un uso adecuado de las fuentes en los términos propios de la lectura académica.
Algunas recomendaciones para hacer una buena lectura digital son:
Hoy en día el mundo nos exige tener mejores habilidades de adaptación en materia de aprendizaje. Con la llegada de los soportes digitales, el cerebro tiene la obligación de reaprender a llevar una lectura que le permita aprender en diversos medios, ya sea desde el papel y hasta la pantalla.
Se debe tener en cuenta que el proceso de la lectura en papel tiene siglos, por lo que aprender a leer y tener buenas prácticas de compresión y profundidad lectora en nuevo soporte es un reto complicado.
Cuando leemos en papel tenemos varias ventajas, porque el cerebro recuerda fotográficamente el texto, es decir, tenemos la capacidad para recordar si lo leído está del lado derecho o izquierdo, si está arriba o abajo, a mitad de un renglón o al final de un párrafo. Hay evidencias de que la lectura en papel nos permite una lectura de mayor profundidad, por ello, algunos lectores siguen prefiriendo el documento en soporte físico. En cambio, el soporte digital, que puede leerse en la computadora, tablet o un celular, también tiene sus ventajas, una de ellas es la portabilidad y su lectura en todo momento y lugar.
Sin embargo, la actualidad nos exige tener la capacidad de leer en ambos formatos, debemos aprender y reaprender nuevas y mejores capacidades de lectura, asumir que, a las herramientas que ya se tienen, se deben sumar nuevas, ya que hoy en día somos lectores e internautas.
El mundo digital nos permite una gran cantidad de documentos, ya sea porque han sido digitalizados o han nacido de forma digital, desde bibliotecas con recursos electrónicos, repositorios, hasta redes sociales, entre otros más.
De forma general podemos decir que la lectura digital tiene tres características:
Hipervínculos: al leer un texto hay vínculos o enlaces que nos remiten a otro documento para aclarar un concepto o ahondar en él.
Hipertexto: el documento nos permite leerlo dependiendo de lo que necesitamos o queremos, de una forma no líneal.
Multimodalidad: un texto no sólo es letras, también hay sonido, imágenes estáticas o en movimiento.
La literatura digital, llamada ficción digital, incluso nos reta a nuevas estructuras:
Multimedial: no solo hay letras, sino también imágenes en movimiento, sonido y música, todo ello mostrando nuevas formas estéticas.
Interactividad: permite al lector jugar, ser parte de las decisiones de la historia.
Algunas de las críticas a la lectura digital son:
Superficialidad: nuestra mente no es capaz de profundizar en un tema, hoy en día conocemos muchos, pero olvidamos inmediatamente.
Fragmentación, muchas veces no terminamos un texto, cuando hemos brincado a otro, apenas tenemos pedazos sin lograr terminar un artículo completo.
Pérdida de la capacidad de lectura profunda, se dice que hemos perdido incluso paciencia para lograr un aprendizaje significativo.
La conclusión es que leer en papel o en pantalla es una necesidad actual, pero hay que desarrollar la mente en su capacidad de adaptación al nuevo soporte con todas sus implicaciones, lo cual será fundamental para mantener lecturas académicas que trasciendan a un aprendizaje significativo.
La Lectura secuencial es aquella que normalmente realizas de forma lineal, desde principio a fin, sin hacer saltos de líneas o párrafo, y no te detienes a hacer análisis profundos sobre su contenido. Te ayuda a leer con cierta rapidez y a la vez consigues la comprensión general del texto, la idea principal y los acontecimientos más importantes. Con este tipo de lectura obtendrás conocimientos; ejercitarás tu imaginación y creatividad; pondrás a trabajar tu pensamiento lógico, reflexivo e intelectual; perfeccionarás tu capacidad de concentración; mejorará tu ortografía y léxico y, por ende, mejorará tu estilo de escritura.
Para hacer una lectura secuencial te recomendamos:
La Lectura simultánea se realiza generalmente bajo el concepto de rapidez, porque se intenta no perder tiempo ni detenerse a detalle en el texto. Existen tres tipos de lecturas simultáneas:
Algunos consejos para hacer una buena lectura simultánea, en cualquiera de estos tres tipos son:
Si de esa información leída vas a extraer información, evita “cortar, bajar, copiar y pegar” sin los filtros adecuados para que no cometas plagio, pues es de notar que no comprendiste lo que leíste y que tú no elaboraste el texto.