Los actos humanos pueden dividirse en tres:
- Naturales: son comunes a los de los animales, como la nutrición, la respiración, el dormir o las emociones.
- Irracionales: los que realiza sin racionalidad ni voluntariedad, son actos que, aunque proceden de la voluntad, no ha concientizado deliberadamente su raciocinio, como ejemplos están el llanto y la risa.
- Racionales: los que se efectúan con el pleno entendimiento; se obra deliberadamente, provienen de la voluntad. En estos intervienen la inteligencia, el consentimiento y la cognición.
En relación con la moral, los actos humanos pueden clasificarse en:
- Buenos o lícitos: se actúa conforme a leyes morales, éticas.
- Malos o ilícitos: se actúa sin tomar en cuenta leyes morales o éticas.
- Indolentes: no tiene que ver ni con lo bueno ni con lo malo, por ejemplo, caminar, observar, platicar.
De estos actos se desprende que aquellos que se dirigen a la virtud, harán que el ser humano adopte el “deber ser” como un acto bueno que lo encaminará hacia la perfección, generalmente por medio del conocimiento y la razón, así como de la conciencia de lo que es bueno y qué es malo. Por el contrario, la falta de conocimiento y conciencia, lleva al ser humano a todo aquello que no es virtuoso, como los vicios, la necedad, la indiferencia, el olvido, el error, la ignorancia, el robo, la injusticia o la indisciplina.