24. Corrección del borrador y 25. Redacción del manuscrito final

Una vez que hayas terminado tu borrador, lo revisarás nuevamente y corregirás todo aquello que necesite ampliarse, afinarse o eliminarse. Posteriormente, lo utilizarás para redactar tu manuscrito final.

Para redactar tu trabajo te puedes basar en el siguiente esquema:

 

 

El informe final de tu investigación debe contar con las siguientes características:

1. Ser un trabajo original o en cierta medida contribuir con aportaciones originales.
2. Favorecer al campo del conocimiento de que se trate tu trabajo.
3. Ser la evidencia de que posees el dominio de los conocimientos, métodos y técnicas de investigación adecuados para la redacción de un escrito mayor.

 

26. Edición del escrito

Cuando tu texto está terminado, deberás revisar ahora las cuestiones editoriales o de formato, en la que pulirás tu escrito y eliminarás las irregularidades. Además:

1. Dale uniformidad a la tipografía de títulos, subtítulos, capítulos etc.
2. Elimina palabras repetidas, adjetivos mal empleados, cacofonías, mala puntuación.
3. Verifica que las cornisas o encabezados sean uniformes.
4. Confirma que los finales de cada página no tengan viudas ni huérfanos. Las líneas viudas son las líneas que quedan aisladas al principio de una página, quedando apartada del párrafo al que pertenece. La línea huérfana es el caso contrario, es una línea que queda aislada al final de la página y el resto de su párrafo aparece en la siguiente página.
5. Comprueba que la división de sílabas al final de los renglones es correcta.
6. Verifica que los interlineados, las líneas abiertas y los ríos (espaciado muy abierto) sean uniformes.
7. Si puedes, pide a otra persona que lo lea, otros ojos pueden ver lo que uno ya no logra ver.

Recuerda que una lectura óptima de una caja de texto abarca mínimo 24 caracteres y un máximo de 64 por línea.

Si las líneas en una caja de texto son muy cortas, el lector realiza movimientos oculares más rápido en menos tiempo, mientras que para líneas muy largas el lector percibe que el texto es interminable y que no avanza fluidamente. Ambos casos hacen que el lector abandone la lectura porque agotan la mirada.