El siguiente paso después de la recopilación de los datos es su organización y ordenamiento de acuerdo a sus diferencias y semejanzas, su nivel de relevancia, o cualquier otro criterio que tú establezcas.
Toma en cuenta la frecuencia con la que cada dato aparece, así lo podrás jerarquizar de acuerdo de mayor a menor número de veces. Si te sirve, puedes hacer tablas o esquemas que te ayuden a jerarquizar la información.
Una vez que tienes los datos y toda la información organizada en rubros y jerarquías, ahora habrá que decodificarlos, es decir, interpretar su significado y hacerlo entendible para otros. Realizar un índice sistemático y analítico no sólo te ayudará a ti a interpretar los datos, sino le harás comprensible su significado a quienes te lean, de esta manera toda la información disponible se hace “útil y flexible”.
En esta etapa es conveniente sacar porcentajes y variables intermedias, así sea en las ciencias exactas como en las ciencias sociales. Cada variable y su frecuencia aparecerán de acuerdo a porcentajes determinados, lo cual nos da visos de si su intervención en el fenómeno estudiado es con baja frecuencia o con alta, o bien a intervalos o esporádicamente.
Muchas veces representar los datos en gráficas o tablas nos ayudan mucho más a comprender esa decodificación, pues presentan solamente un resumen mucho más esquemático y los resultados de los análisis se leen de forma rápida, directa y comprensible.