Recuerda que “El proceso del pensar reflexivo se inicia con el sentimiento de una necesidad” (John Dewey). Ante un fenómeno o un suceso, surge la necesidad de explicarlo.
Elige una temática de tu preferencia.
Observa detenidamente alguna problemática que no se haya resuelto y piensa si es de:
Interés general
Novedad
Importancia
Resolubilidad
Analiza si dentro de esa problemática hay factores que puedes resolver.
Pon a funcionar tu imaginación creadora y conecta los hechos aislados con la problemática que has observado, observa sus posibles causas y consecuencias.
Asocia imágenes dispersas y mide generosamente la magnitud de todo el problema.
Si es un problema ya tratado, recuerda que siempre habrá algo distinto qué decir, por lo que le puedes otorgar novedad a algo ya dicho con:
un nuevo enfoque
una nueva formulación del problema
una nueva metodología empleada para resolverlo
nuevos resultados que aporten nuevas conclusiones distintas, más exactas o más amplias.
Contempla las posibles dificultades con las que te encontrarás:
Ser materia de controversia (por estar basada en prejuicios, evaluaciones imparciales, testimonios subjetivos, etc.)
Ser un tema muy técnico o muy especializado
No contar con el equipo de investigación adecuado
Ser un tema demasiado amplio o demasiado estrecho
2. Exploración del marco conceptual de referencia o Estado del Arte
Para ubicarte dentro de un marco al respecto del tema de tu elección, es necesarios que haga previamente a tu investigación, otra de tipo documental, en la que ubiques qué autores y qué obras han tratado ya el tema. En otras palabras, es la búsqueda, lectura y análisis de la bibliografía que buscarás con antelación.
Con esta búsqueda, podrás delimitar tu tema dentro de un marco de cuatro lados:
Estado del arte.
El estado del arte te ayudará a delimitar tu tema y búsqueda de referencias dentro un marco espaciotemporal.
Te sugerimos ir apuntando en una lista las referencias que has seleccionado y analizado, porque eso te ayudará a adelantar tu bibliografía.